Adivina adivinador: ¿Dónde es la foto de hoy?

Por: Laura Vaillard

Esta foto podría ser de cualquier bodegón típico de Buenos Aires y por eso me gusta tanto. Sin embargo, pertenece a uno en particular. ¿Te animás a decir cuál es?

Se ve que esta vez era difícil, porque nadie se animó a arriesgar. «Es algún bodegón del interior», comentó alguien muy tímidamente, pero no se animó a publicarlo.

Se trata de Café Roma, sobre Almirante Brown 1300, en el barrio porteño de La Boca.

En su artículo de Clarín, Eduardo Parise nos cuenta que allí se presentaban el famoso cantante de tango Carlos Gardel y el cantante y compositor uruguayo José Razzano. “El piso, aunque renovado, mantiene aquel simbólico damero blanco y negro. Y en un rincón, a un costado del mostrador de madera, una antigua máquina de café dice presente a pesar de que el vapor y el agua caliente ya no pasan por sus filtros”, comenta.

Según cuentan los entendidos que frecuentaban el bar en la época de celebridades como el violinista del tango uruguayo-argentino Francisco Canaro, el bandoneonista y cantante Eduardo Arolas, el compositor, pianista y violinista Agustín Bardi o el bandoneonista el “tano” Genaro Espósito, Café Roma sigue conservando la atmósfera de aquella época ya que mantiene sus paredes de ladrillo visto y la estantería de madera.
Por si fuera poco, el tanguero Enrique Cadícamo le dedicó » El Morocho Y El Oriental » a este emblemático bar:

(Recitado)
Viejo café cincuentón
que por la Boca existía,
allá por Olavarría
esquina Almirante Brown.
Se estremeció de emoción
tu despacho de bebidas
con las milongas sentidas
de Gabino y de Cazón.

En tus mesas escucharon
los reseros de Tablada
provocativas payadas
que en cien duelos terminaron.

Histórico bodegón
del priorato y del Trinchieri,
donde una noche Cafieri
entró a copar la reunión.
Traía un dúo de cantores
y haciendo, orgulloso, punta
dijo: «Aquí traigo una yunta
que cantando hace primores».

(Recitado)
Y con acento cordial
fue diciendo medio chocho:

«Este mozo es el Morocho
y éste Pepe el Oriental».
Un aplauso general
al dúo fue saludando
y el Morocho iba templando
lo mismo que el Oriental.

(Recitado)
Templaron con alegría
sus instrumentos a fondo,
y el silencio era tan hondo
que ni las moscas se oían.

Y entre aplausos, vino y chopes,
y esta vuelta yo la pago,
iba corriendo el halago
tendido a todo galope.

(Recitado)
«A mi madre», «La pastora»,
«El moro» y otras canciones
golpeaban los corazones
con voces conmovedoras.
Ah, café de aquel entonces
de la calle Olavarría,
donde de noche caía
allá por el año once…

De cuando yo, en mi arrabal,
de bravo tuve cartel.
Y el Morocho era Gardel
y Razzano el Oriental.

Música: Ángel D’Agostino
Letra: Enrique Cadícamo

Fuente de letra: Lyrics Time

Foto: Martín Santucci (Buenos Aires, Argentina)

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