San Telmo, una barrio pop lleno de antigüedades

Lo confieso. Soy una chica de feria. No porque me guste hacer malabarismo o porque tengo alma de acróbata, sino porque los sábados y domingos me entretiene pasear por las diferentes ferias de artesanos de la ciudad: la de Juramento, Plaza Italia, Placita Cortázar, Plaza Francia o la de San Telmo.
 
 

 

Cada una de las ferias tiene su particularidad. Por ejemplo, en Placita Cortázar se fusiona lo tradicional con la vanguardia y los adornos con la ropa; en Plaza Francia se unen las presentaciones callejeras con las artesanías, y en San Telmo se encuentra la historia y tradición con la sociedad moderna y los turistas.
 
 

 

Hacía tiempo que no caminaba por esta zona, y me sorprendió ver cuánto había cambiado y crecido la feria desde que era pequeña. Hace diez u doce años, San Telmo, uno de los primeros barrios de Buenos Aires, se caracterizaba por albergar negocios antigüedades durante la semana, y los domingos negociantes exponían sus antigüedades en la feria que intercambiaban o vendían a los curiosos.

 

A pesar de que hoy en día los  negocios de antigüedades más reconocidos y emblemáticos de Buenos Aires todavía se encuentran en San Telmo, mientras caminaba por la calle Defensa n domingo por la tarde, las antigüedades se perdían entre las artesanías rústicas y modernas que vendían los artesanos callejeros. Todavía existe una galería donde únicamente puedes encontrar objetos antiguos yextraños, algunos casi olvidados y otros totalmente novedosos para generaciones más jóvenes.Las antigüedades siguen siendo el centro del barrio, aunque dejaron de ser las reinas del lugar y ahora deben compartir su trono con objetos modernos.

 

Aunque modernizado, San Telmo conserva su espíritu arrabalero gracias a los grupos de tango que llenan las calles con profundas notas de contrabajo, armoniosos compases de violín y ágiles dos-por-cuatro de bandoneones; a los bailarines de adornan los adoquines con firuletes y ochos, giros e historia; y a los pintores que retratan momentos, figuras y personas intentando eternizar el momento.
 

En San Telmo disfruto ser una chica de feria porque viajo en el tiempo, experimento el pasado y protagonizo los cambios y el presente al mismo tiempo.

Seguime en:

lvaillard

 

Vida Surrealista de Un Viajante Sin Guía

Deja un comentario