Pavo como ícono de la rebajas en Estados Unidos

¡Corran y hagan la fila que es Thanksgiving y comienzan las rebajas!

Bueno, en realidad nunca escuché una frase así en la radio o en la televisión, pero parecía ser el mensaje que habían recibido todos los houstonianos antes del viernes 24 de noviembre, porque a las 8 de la noche ya había hileras de personas frente a las tiendas esperando para poder ser los primeros y así disfrutar de las súper ofertas (algunos negocios abrían a las 12 de la madrugada y otros a las 5 de la mañana).

El Día de Acción de Gracias (Thanksgiving), celebrado anualmente el cuarto jueves de noviembre, comenzó en el siglo XVII con una comida donde los peregrinos estadounidenses agasajaron a los indígenas por haberles enseñado a cosechar los frutos del Nuevo Mundo, logrando así sobrevivir al invierno.

A partir de entonces, los norteamericanos recuerdan esta fecha cada año y se reúnen con sus familiares a comer pavo con salsa de arándanos, acompañado con pan de maíz, puré de batatas, puré de papas y judías verdes, entre otras cosas, con pastel de manzana, pastel de calabaza y pastel de nuez pecán de postre.

Thanksgiving es una de las festividades más importantes para los norteamericanos; sobrepasa todos los límites religiosos y culturales, y todos los ciudadanos la celebran con el mismo regocijo.

En 2007, el número de personas que viajaron para reunirse con sus familiares rompió un record: según el Associated Press “se esperaba que 38,7 millones de residentes estadounidenses viajaran más de 80 kilómetros para el feriado”, lo cual representa un aumento del 1,5 por ciento con respecto al año anterior.

Este año por ejemplo, según una encuesta realizada por

Cowen & Co., este año las personas planeaban gastar 42 por ciento de su presupuesto, mientras que el año pasado gastaron aproximadamente 36 por ciento del mismo.

A pesar de que Thanksgiving se incició como un momento de recogimiento y oración, y muchos norteamericanos mantienen la tradición, la fecha también se ha convertido en un í

cono de rebajas, lo cual desvirtúa un poco a la fecha y juega en contra de la unión familiar.

No obstante, no puedo negar que este año me sumé entusiasta como nuevo adepto al club de madrugadores caza-rebajas.  

 
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